
El 25 de mayo fue uno de los días más felices de mi vida, fue el día de mi graduación de noveno grado. Entre risas y lágrimas, mis comañeros y yo despedimos esta etapa de nuestras vidas. Fueron muchos los obstáculos, los retos y las frustraciones. Pero eso no quiere decir que ya acabaron. Esto lo que quiere decir, es que ya logramos sobrepasar aquellos que nos presenta el nivel intermedio y ahora tendremos que enfrentarnos a los del nivel superior. Serán muchos más los obstáculos que sobrepasar, los retos que ganar, las frustraciones que superar y los temores que enfrentar. En los actos de graduación, fueron muchas las risas por algunos problemitas técnicos con la canción, bueno, que casi ni la cantamos tan solo se escuchaban risas y risas. Además, que mucho gozamos cuando pusieron los videos y nos compararon cómo eramos en sexto y cómo somos ahora en noveno. Bueno, y la verdad es que todos disfrutamos mucho de los bloopers que cometimos. Pero sin duda, lo que más gozamos fue la oportunidad de poder haber estado todos allí y compartir la alegría y el triunfo de una meta ya alcanzada. Pero no todo fue risas. Hubo algunos que derramaron muchas lágrimas. Lágrimas que envolvían una mezcla de sentimientos, la alegría de graduarse y la tristeza de irse del colegio y dejar a sus compañeros. Son muchas las cosas que hemos podido aprender aquí y los múltiples talentos que teníamos escondidos y hemos desarrollado de una manera increíble. Bueno, tan solo nos queda despedirnos del colegio agradeciendo a todos esos maestros que siempre nos apoyaron y nos guiaron por el camino de la enseñanza y el bien, a los directores que siempre creyeron en nosotros y a todos esos compañeros que siempre llevaremos en nuestro corazón y jamás olvidaremos por su apoyo, su confianza, su respeto, su sinceridad y su alegría. A todos ustedes mil gracias. ¡ Adiós y jamás los olvidaré!
Krizia